viernes, 6 de mayo de 2011


12-Sangrando


Yo he visto alacranes en mis manos,
el humo azulado de los pulmones ciegos,
el pulso infinito de la tiniebla
que deshace el sentido en mil cristales,
y tan sólo el eco de la lluvia mojando mi alma.
En la noche, amor, en esta noche sin sueño,
en todas y cada una de mis noches.

La vida es una tormenta ,
que golpea en el tejado silencioso del advenimiento del ser;
es un escote privado;
un canal cibernético, donde soldados solitarios
se escapan sobre caballos mentirosos, que a bocanadas trasmiten deseos.

Arquitectura de cuerpos sometidos
que, borrachos de tiempo,
han perdido el sentido de la nieve en la boca,
o el celeste del agua.

¡Yo vivo en un grito!
En un poderoso quejido,
que muestra los arrabales de la conciencia,
donde se hacen ilusiones y pasiones,
que luego son agujeros negros de imágenes borrosas
que caen hacia la nada, que abre sus pétalos
 al rocío de la mañana.

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