lunes, 5 de marzo de 2012

Nuevo Mundo


Humano


Oxígeno que desmiembra,
que araña, que quema.
Desvarío, enajenación y fanatismo.
Estornudo de un humo ennegrecido 
que vende acciones en la voracidad.
El vértigo en la mente
parecido al dolor
que me desgarro la razón al comprender la existencia,
el sin sentido,
el círculo que sigue en el vaivén constante,
la arruga en la frente, 
el terrible pasado que no sabe sentir, 
la ceniza de antaño,
el vagón de ganado que mata lo sensible.
¡Eso vi ¡allí!,
donde los hombres son seres inmortales. 
Aquí la montaña es serena;
su olor, un arco iris, 
su protagonismo, inmóvil. (No lo necesita).
Su sabor es la miel; su fuego, la palabra;
su amistad es hermana.
Hay un lenguaje desconocido en mi nuevo mundo:
un lenguaje con el cual todos conectan,
un lenguaje perenne, un lenguaje sin raza. 
Pero yo soy humano (humano, 
muy humano):
me baño con arena;
amo a quien no me ama;
me atraen los reinos instantáneos,
aunque estén edificados 
sobre los cadáveres de mis semejantes.
Pero yo soy humano (humano, 
muy humano):
no deseo soñar ni ser un idealista;
quiero riquezas, mujeres que me sigan,
lujosas reuniones en aviones privados;
que se comente cuanto soy,
y se alabe mi nobleza.
Pero yo soy humano( humano, 
muy humano):
no puedo entender la naturaleza:
sus caminos de hojas, 
sus piedras antiguas,
el verde del balate, 
sus hermosos paisajes,
su pensamiento subversivo.
Un brisa cálida acaricia mis rasgos,
mientras quiero dejar de ser hombre.
Ya mis manos son zarpas,
mi animal es un grito. 
No existe una jaula que pueda encarcelarme.
Sin frontera me muevo por lo extenso del siglo.
Y quiero decirte, con mi voz más salvaje,  
que llegué a este lugar a través del delirio;
destroce un corazón 
que nació del aroma encendido,
que, a su vez, él nació 
del profundo latido:
del amor compartido de almas encontradas
(mi madre y mi padre, dos guerreros furtivos). 
¿Cómo no amarlos?
Son bocanadas de belleza,
son aprecio fecundo,
son regazo en la niebla,
conmovedores niños
y el latir que me arrulla
cuando me ataca el frío.
Sediciosos del hambre,
son destinos unidos,
que crearon la magia
de la sangre en que vivo.

6 comentarios:

  1. Ciertamente, el estar vivo es màgico.

    E incluye tantas cosas.

    Bello poema.

    Un abrazo.

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    1. La magia Gaucho. El palpitar de la sangre en las venas.
      La mirada cautivada.
      El silencio interior al ver la belleza cotidiana.
      Un abrazo amigo.
      Me alegra muchísimo verte.

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  2. Hola Mi querido amigo! Un poema intenso, muy fuerte como nos tenés acostumbrados.
    Leí detenidamente cada palabra de tus versos y hay unas que quiero resaltar en particular.

    No existe una jaula que pueda encarcelarme, sin frontera me muevo por lo extenso del siglo.
    Y quiero decirte, con mi voz más salvaje, que llegué a este lugar a través del delirio...

    Parece una pasaje de mi vida... te dejo un abrazo gigante, sos un genio.

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    1. Hola Cristina. Gracias. Muchas gracias.
      Volver a experimentar con poemas extensos
      y probarme a mí mismo que puedo aún después de lo escrito.
      Eso es-- entre otras cosas--, mi Nuevo Mundo.
      Aquí, ya saliéndome casi por completo del surrealismo
      (Mírate el templo es lo primero que hice en esta forma),
      vuelvo a buscar el camino del ritmo (como si fuera un río
      que deriva en sus afluentes para volver a unirse luego).
      Aunque lo mas importante era conseguir que sea un reflejo
      en cualquiera que lo lea.
      Conseguir que alguien se identifique en algún aspecto,
      en algún momento, en algún sentimiento,
      en algún poema. Te mando un abrazo, hermosa.
      Cuídate mucho.

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  3. Profundo e intenso...

    Un verdadero poeta! Saludos hasta España :)

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  4. Hola LIS. Un verdadero honor tus palabras. Que puedo decir, gracias... por comprender mi profundo, por leerme y por darme agua en este camino tan sediento que llevo. Un beso.

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