miércoles, 20 de abril de 2011


9-El canto del lobo


Manos de pianista vislumbran sobre el reflejo
de un espejo de venas ennegrecidas en el iris de horas consumidas,
la derrota cósmica forjada en el alambre de las sombras que se ignoran.
Un rayo relampaguea y una Madre
da el pecho a un bebé que llora, mientras soldados borrachos
ríen en la trastienda donde la abundancia alimenta la boca del asesino.
No se sabe si es de día o de noche,
aunque la religión finge que duerme frente al sueño de la libertad humana.

Un lobo aúlla.

Silencio.

Los ojos del zorro miran en su odio, adentro, el áspero lamento
de la desesperada miseria del bando vencido.
Huele a manzana fresca recién cortada
sobre la mordedura sonámbula del fusil universal, que hace añicos
el insonoro crujir de los huesos amontonados
que respiran aire maltratado y soledad.
Un anciano encorvado se desvanece.
Y el calor del roce de la lujuria toca las sienes desnudas de la luna
(en la ventana que divide los mundos) del lado de la dama que espera sexo carmín y semen ondulante.
En el otro lado suenan disparos perdidos que nadie oye.

No se sabe si es de día o de noche,
aunque la Política finge que duerme frente al sueño de la libertad humana.


Un lobo aúlla.

Silencio.
Providencia y derrota abrevan juntas
en el agua que achica este barco entre nieblas de azucenas rotas
que navegan sobre el charco que ilumina sus pasos en la nieve.
Hoguera ennegrecida.
Cabellos al viento, igual que olas azules
en besos que huyen de sentimientos de culpa,
que esculpen el eco del teatro
donde las mariposas ocultan abalorios.

Un lobo aúlla.

Silencio.

2 comentarios:

  1. Providencia y derrota abrevan juntas
    en el agua que achica este barco entre nieblas de azucenas rotas
    que navegan sobre el charco que ilumina sus pasos en la nieve.

    Fascinante.

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