miércoles, 28 de marzo de 2012

Nuevo Mundo


Los ojos que se miran


                Sobre el límite del bien y del mal.



El hábito doméstico no nos importa.
No nos importa. No.
Costumbre, rutina, la miseria hipócrita
del odio mediocre.  ¡Que más nos da!
Nosotros
sentimos el amparo de nuestra astronomía,
que nos cubre de roces en éxtasis encantados,
sobre el nocturno espacio del tálamo bendito,
donde sienten cobijo nuestros pies anudados.
Como un ritmo de aliento, empañamos los cuerpos
de emoción y ternura, abrigando el enigma que eriza
la piel entre las caricias. 
Panorama de cumbres
que se arrulla entre niebla y saliva;
y espera tal vez
sobrepasar la aurora
y llegar al conflicto de la seda que arde,
y a esa luz
donde los dioses no pueden
dejar de contemplarte.
Tócame amor. No pares; no pares.
Aullemos  a la muerte para que pase de largo
y nos deje besarnos en los pliegues del sueño.
Ya saldrá el sol, querida,
y veremos los remansos de flores
brotar sobre el día;
las gotas de la tarde caer por los cristales;
el eco inamovible palpitar en el susurro;
mi cabeza en tu espalda sobre tu olor perdida.
Anochece de nuevo…
Un éxodo de todo
se perfila en las sombras,
mientras tu vas palpando rosadas espesuras,
inmorales esencias multicolores;
(dulce paz, dulce espíritu,
que en acento cautivo donde adula el camino
vence al tiempo caído).
Nuestro reino en nosotros.
La soledad bonita. Nuestra soledad.
La soledad uniéndonos.
El gemido pasajero del viento
sobre los postigos metálicos del puente de la playa,
que golpean en conmovido aplauso.
El azul indómito del cielo y del mar
visto desdel rompeolas de espigones enormes,
que sirven de asiento a la oscuridad.
Las olas en combate.
Tu pensamiento ausente. Errático
sobre la lejanía del horizonte y tu mente.
Un relámpago más allá del otro lado.
El trueno. La soledad.
La soledad bonita. Nuestra soledad.
La soledad uniéndonos.
Una valquiria que,
atraída por los sentimientos de pureza
que desprende nuestro amor
canta  una hermosa canción cerca de la orilla.
El momento es una plegaria de Ángeles;
un hogar en las horas;
un violín que habla;
una elipsis que viene y que va
sobre el oído cósmico
de nuestros corazones alados. 

6 comentarios:

  1. Cuantas imagenes tiene este bello poema.

    Un momento en el tiempo. Compartido, ademàs.

    Un abrazo.

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    1. Hombre amigo Gaucho. ¿Cómo va por tu hogar? Espero que te encuentres bien y te funcione el alrededor. Gracias por comentar. Sé que a veces conseguir tiempo es complicado y estas ahí muy a menudo. Cuídate. Abrazos Gaucho.

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  2. Aullemos a la muerte para que pase de largo
    y nos deje besarnos en los pliegues del sueño.

    Es precioso.

    Un beso Poeta.

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    1. Hola Patricia, bonita, que alegría verte por aquí de nuevo. Ya sabes, me gusta que te gusten mis poemas. Como siempre lo intento, con humildad, un arte complicado la poesía. Te envío un beso y gracias por comentar.

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  3. Hola Moisés! No puedo definir que parte del poema me estremció menos, porque su conjunto es como un viento fuerte que se cuela por los poros y arremete tan fuerte hasta dejarte tiesa, casi inerte.
    Así me quedé, inerte hasta el fin de tus letras.
    Felicitaciones, abrazos miles.

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  4. Hola Cristina, hermosa. Mucha salud. Gracias.
    Como siempre me alegras mucho con tus palabras y te estoy agradecido.
    A pesar de ello hoy debo comentarte que no me apareces en mi lista, otros mares. No creo que te hayas enfadado conmigo por que no te he hecho nada (salvo contestarte tarde a veces), así que a lo mejor se trata de un error. No sé. También puede ser que no quieras seguirme o que no quieras seguir a nadie, cada uno es libre y toma sus decisiones, tus razones tendrás. No me meto y no te digo esto por ese motivo, simplemente tendré que borrar tu blog y tu imagen de mis otros mares si es decisión tuya y no un error de Blogger y creo que debo comentártelo sin ánimo de ofensa. Ese es mi sitio especial. Ahí sólo coloco a la gente que me siguen, en señal de respeto por tener ese detalle conmigo.
    Tengo que ser equitativo con todo el mundo.
    En fin, cuídate y por aquí ando. Abrazos.

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