lunes, 16 de abril de 2012

Nuevo Mundo


Invierno infinito

Indefinida. La riqueza empuja la pobreza
por entre las arterias de la metrópolis.
Crea conveniencias; discursos;
engalanadas voces de trajes frívolos.
Arena. Arena que ensucia
la mirada del pueblo
que no encuentra:
un trabajo (ni digno ni honrado);
el nirvana inagotable que educa;
ni el oscuro pecado de los labios mojados.
Me gustaba la soledad.
Aquí, en mi nuevo mundo.
Pero la gente llora, se desconsuela, pierde.
Y día tras día llegan náufragos enfermos
a la orilla encantada de esta tierra furtiva.
Da miedo. Lo sé. No quiero que desmoronen mi paraíso.
Pero debo ayudar.
Debo calmar la fiebre que traen en su equipaje;
la injusticia marcada en sus bocas sin habla;
el dolor;
la inquietud;
el ruido extremo;
el sentir congelado del otro lado, del otro lado.
Y a mí,
me besó un arcángel la sonrisa,
con suerte, con savia de playa,
con embrujo que mima.
Es mi deber no abandonarlos.
¿A ver que pasará
cuando las tardes broten?
Vienen con la prisión en los ojos
Endurecidos por la amargura;
locos, furiosos, carceleros,
portantes de cuchillos de odio.
Sedientos.
Como piedras arrojadas al abismo,
vienen con invierno infinito,
con los dedos helados,
con los sueños caídos.
“Hola”—Les digo—,
y les tiendo un abrazo.
Con mejillas dulces cedo mi comida;
mis perfumes que arrullan con flores y tilas;
mis auroras (guardianes etéreos)
del sol que ilumina en abanico;
(con sus rayos mágicos,
con su ser suave,
con su fuerza distante,
con su caudal vivaz,
con su amor errante,
con su amor errante).

4 comentarios:

  1. Con mejillas dulces cedo mi comida;
    mis perfumes que arrullan con flores y tilas;
    mis auroras (guardianes etéreos)
    del sol que ilumina en abanico;
    (con sus rayos mágicos,
    con su ser suave,
    con su fuerza distante,
    con su caudal vivaz,
    con su amor errante,
    con su amor errante).

    Gracias, eres tan sublime, que aprendo de ti un poco cada día.

    Patricia.

    Pd. Un beso en tus mejillas dulces.

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    1. Un beso igual Patricia.
      Y, gracias a ti, mi hermosa amiga.
      Tus palabras ayudan a seguir
      el combate por dar a conocer mi poesía.
      Sino sería demasiado silencio.
      Un abrazo muy fuerte, bonita.

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  2. Hola Moisés, tu poesía se siente como un abrazo cálido y acogedor que intenta calmar los corazones angustiados, la miseria de los días y tantas injusticias juntas...
    Bellísimo de verdad, siempre es un placer leerte.
    Te dejo un fuerte abrazo.

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    1. Intento estar con todos aquellos que necesitan al poeta Cristina, sí.
      Todo es difícil y considero que tal vez estamos faltos de sensibilidad verdadera en el mundo.
      Por eso intento entregar lo que creo mejor. La imaginación.
      Cuídate mucho, preciosa. Salud y poemas.

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